El Tribunal de Cuentas ha lanzado una alarmante advertencia al gobierno de Pedro Sánchez, destapando graves irregularidades en 16 contratos del Ministerio de Asuntos Exteriores que superan los 18 millones de euros. Este escándalo, que compromete la imagen del ejecutivo en gestión y transparencia internacional, ha dejado al descubierto una serie de fallos estructurales en la planificación y ejecución de proyectos, especialmente en el área de cooperación internacional.
El informe oficial de 266 páginas, revelado por The Objective, señala deficiencias alarmantes, incluyendo la falta de análisis económicos y una ejecución deficiente de los contratos. Uno de los casos más polémicos involucra un proyecto en Filipinas, financiado por la Unión Europea y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. El Tribunal ha concluido que no existe una solicitud formal ni una aceptación clara por parte del país receptor, cuestionando incluso el interés público necesario para justificar la adjudicación. Esto implica que se han otorgado ayudas a países que ni siquiera las han solicitado.
La situación se agrava al descubrir que la autoridad que supuestamente aceptó la subvención no tenía poderes para comprometer legalmente al Estado filipino, lo que el Tribunal ha considerado un indicio grave de opacidad. Otros contratos también presentan irregularidades, como seguros médicos para personal en programas de cooperación, con plazos mal planificados y adjudicaciones que vulneran la ley de contratos del sector público.
Con estos hallazgos, Pedro Sánchez se encuentra bajo una presión sin precedentes, enfrentando un ministerio clave señalado por prácticas que el Tribunal ha calificado como contrarias a los principios de objetividad y rigor administrativo. Este escándalo refuerza la percepción de una gestión exterior marcada por la falta de control y transparencia, y plantea serias preguntas sobre cómo se están distribuyendo las ayudas internacionales, dejando a muchos necesitados sin el apoyo que requieren. La situación es crítica y las repercusiones políticas podrían ser devastadoras.