**Sánchez ATERRADO ante el descontento popular: evita el contacto en Extremadura tras devastadores incendios**
Pedro Sánchez ha interrumpido sus vacaciones en Lanzarote para visitar Extremadura, donde los incendios han dejado un rastro de destrucción. Sin embargo, su llegada ha sido marcada por una alarmante evasión del contacto directo con los ciudadanos afectados. En lugar de adentrarse en las localidades devastadas, el presidente se ha limitado a un encuentro protocolario en el arcén de una autovía, un escenario que revela más que una simple elección de lugar: es un símbolo de su desconexión con la realidad de quienes sufren.
Los testimonios de los vecinos son contundentes. En muchos pueblos, la ausencia de bomberos durante el apogeo de las llamas ha generado una indignación palpable. Mientras las llamas arrasaban hectáreas de bosque y viviendas, la falta de respuestas ha sido devastadora. La Comisión Europea ha sacado a la luz un dato alarmante: de los 71 millones de euros destinados a España para la prevención y gestión forestal, solo se han utilizado 2,7 millones. Esta negligencia ha tenido un coste humano y ambiental incalculable.
La visita de Sánchez, lejos de ser un acto de solidaridad, se ha transformado en un espectáculo vacío, diseñado para evitar el descontento popular. Su temor a ser abucheado o incluso expulsado de los pueblos ha eclipsado su deber como líder en tiempos de crisis. La imagen de un presidente aislado, rodeado de un dispositivo de seguridad, contrasta brutalmente con la desesperación de las comunidades devastadas.
La distancia entre el gobierno y los ciudadanos nunca ha sido tan evidente. La falta de empatía y acción tangible por parte de Sánchez ha dejado claro que su prioridad no es la recuperación de los afectados, sino evitar un escándalo público. Extremadura clama por atención y apoyo, mientras el presidente se parapeta en una retórica vacía, demostrando que su cercanía es solo una ficción política. La tragedia de los incendios se ha convertido en un reflejo de su incapacidad para enfrentar la realidad.