Donald Trump ha lanzado una bomba informativa al implicar directamente a José Luis Rodríguez Zapatero en el escándalo de Huawei, desatando una crisis política que sacude los cimientos de las relaciones entre España y Estados Unidos. Según fuentes cercanas, el expresidente español habría presionado a Pedro Sánchez para que desviara las relaciones de España hacia Pekín, lo que ha encendido alarmas en Washington.
Huawei, con sus lazos estrechos al Partido Comunista Chino, enfrenta acusaciones de intentar influir en la política española, lo que ha llevado al Congreso estadounidense a exigir una investigación exhaustiva sobre los contratos otorgados por el gobierno español a la compañía. Los congresistas republicanos, liderados por el senador Tom Cotton y el congresista Rick Crauford, han advertido que si España no toma medidas correctivas, podrían imponerse sanciones a empresas tecnológicas nacionales y se corre el riesgo de que España sea incluida en la lista de países que permiten el acceso de Huawei a infraestructuras críticas.
La situación ha escalado aún más con el reciente contrato de 12,3 millones de euros adjudicado a Huawei por el Ministerio del Interior español para la gestión de escuchas judiciales, considerado por EE. UU. como una amenaza directa a su seguridad nacional y a las comunicaciones de la OTAN. La consultora Acento, vinculada a figuras del Partido Socialista, también está bajo el escrutinio por su colaboración con Huawei, lo que ha ampliado el foco de las investigaciones.
Mientras tanto, Trump ha ordenado el despliegue de tres barcos militares hacia Venezuela, intensificando la presión sobre España en medio de esta tormenta política. Con el 31 de agosto como fecha límite para revertir el controvertido acuerdo, la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan los acontecimientos. Este escándalo no solo pone en tela de juicio la política exterior de Sánchez, sino que revela la influencia persistente de Zapatero en el trasfondo, dejando a España en una encrucijada crítica.