**“O Se Van Ellas o Yo”: La Amenaza de Infante a Joanna y Ana María en Vivo**
En un escándalo que sacude la televisión mexicana, Gustavo Adolfo Infante estalló en furia durante una transmisión en vivo de “Sale el Sol”, lanzando amenazas directas a sus compañeras Joanna Vega Gaviestro y Ana María Alvarado. La tensión se disparó cuando el tema de la amante de Infante, Mayela Laguna, salió a la luz, desatando un intercambio explosivo que dejó al público boquiabierto.
Infante, conocido por su estilo combativo, se descontroló al sentir que su trabajo estaba siendo desacreditado. “Ya me cayeron mal”, gritó, acusando a Joanna y Ana María de menospreciar su labor. La situación se tornó aún más tensa cuando, en un acto de intimidación, advirtió que pediría su despido a la empresa. “Me estás amedrentando al aire”, respondió Joanna, marcando un momento crucial en el que el foro se convirtió en un tribunal con millones de espectadores como jurado.
Las redes sociales estallaron con indignación. Los televidentes, cansados de la falta de respeto en el medio, comenzaron a exigir la salida de Infante. “Esto ya no es periodismo, es agravio”, comentaban, mientras otros cuestionaban si su poder lo había convertido en un intocable. La comunidad mediática se enfrenta a un dilema: ¿valdrá más la audiencia indignada o la soberbia de un conductor que se siente dueño del canal?
La confrontación se intensificó cuando Infante acusó a sus compañeras de no aportar nada y de querer robarle protagonismo. Esta actitud no solo refleja un ego desbordado, sino un patrón de comportamiento que ha llevado a muchos a cuestionar su autoridad en un medio que pretende ser plural. “El respeto se acabó hace mucho”, sentenciaron los usuarios, dejando claro que la paciencia del público se había agotado.
La situación se complica aún más con las recientes acusaciones de hostigamiento que Infante enfrenta. Una actriz reveló que él había intentado besarla a la fuerza, describiendo el incidente como repulsivo y humillante. Este testimonio ha reavivado las dudas sobre su comportamiento en el medio, donde muchos callaron por temor a represalias.
El escándalo no se limita a la televisión. Infante también se encuentra en la mira de la justicia, enfrentando posibles cargos por falsificación de documentos relacionados con su relación con Mayela Laguna. El horizonte legal se oscurece aún más con la posibilidad de que se enfrente a una condena de hasta cinco años de prisión. La presión social aumenta, y la pregunta que todos se hacen es: ¿cuánto tiempo podrá permanecer en la pantalla antes de que la verdad lo alcance?
Mientras tanto, el ambiente en Grupo Imagen es insostenible. Ocho colaboradores han renunciado, hastiados de un clima tóxico que ya no pueden soportar. La presión sobre la televisora es palpable. ¿Se atreverán a mantener a Infante en un programa que presume de pluralidad, pero permite humillaciones en vivo?
Con cada minuto que pasa, la situación se torna más crítica. La audiencia exige respuestas y acciones concretas. La historia de Infante, que durante años se dedicó a señalar los errores ajenos, ahora se convierte en un espejo que refleja su propia caída. La pregunta es clara: ¿será este el fin de su reinado en el espectáculo o logrará salir a flote de esta tormenta? La respuesta podría estar más cerca de lo que todos imaginan.
