Rubby Pérez, la icónica voz del merengue, dejó al país sumido en el luto tras su trágica muerte en un colapso en el club Jetset de Santo Domingo, donde más de 800 personas se habían congregado para disfrutar de su música. Sin embargo, la verdadera conmoción llegó días después, cuando se reveló que el artista había dejado su fortuna, valorada en millones, en manos de su novia, Lady Rosario, en un testamento que excluyó a sus siete hijos y hermanos, desatando una tormenta mediática y familiar.
En la madrugada del 8 de abril de 2025, mientras Rubby cautivaba al público, el techo del establecimiento se derrumbó, dejando un saldo devastador de 225 fallecidos y 189 heridos. Entre los escombros, su hija Zulinka relató cómo su padre la protegió con su cuerpo. Horas después, fue hallado sin vida, micrófono en mano.
La lectura de su testamento, que dejó al 100% de su patrimonio a Lady, generó un escándalo nacional. ¿Cómo pudo un ícono de la música caribeña tomar tal decisión? Las redes sociales estallaron, y la familia Pérez quedó en un mar de dudas y dolor. Sus hijos expresaron su desconcierto: “Papá nos dejó el apellido, pero también nos dejó solos”, escribió uno de ellos.
Con la relación con Lady Rosario en un velo de misterio, la falta de información sobre el momento en que se firmó el testamento alimentó especulaciones sobre manipulación o presión. La mujer, hasta entonces desconocida para el público, se convirtió en la heredera universal de un legado artístico monumental, mientras su familia se sentía despojada de su historia y su herencia.
La voz de Rubby, que trascendió generaciones y escenarios, se entrelaza ahora con un legado marcado por la controversia. ¿Fue amor verdadero o cálculo frío? La discusión sigue abierta en cada rincón del país, mientras la música de Rubby Pérez resuena entre lágrimas y recuerdos. Su historia, aún por desentrañar, continúa tocando las fibras del alma del pueblo.