El Santo Papa León XIV ha hecho un llamado urgente a las madres del mundo, recordando el dolor sagrado que enfrentan al igual que la Virgen María en el pie de la cruz. En un emotivo mensaje transmitido desde el corazón de la Iglesia Católica, el Papa se dirigió a las almas afligidas, a aquellas que, como María, han conocido el peso del sufrimiento sin perder la dignidad del amor. “Queridas madres, hoy la Santa Iglesia las contempla y abraza”, afirmó, reconociendo que muchas de ustedes están al pie de sus propias cruces: enfermedades incurables, muertes inesperadas, abandono.
El Santo Padre instó a las madres a no descender de su cruz, recordando que ese sufrimiento no es un castigo, sino un altar donde se transforma el dolor en redención. “En el silencio de su dolor, María nos muestra que el sufrimiento no es derrota, sino la semilla de la resurrección”, enfatizó, subrayando que cada lágrima ofrecida se convierte en un eco del sacrificio de Cristo.
El Papa recordó que cada madre que sufre con fe es un reflejo de María, y que su dolor tiene un valor redentor. “No teman su dolor, ofrézcanlo en la misa, conságrenlo con el rosario”, exhortó, asegurando que la Virgen María, Madre de la Consolación, está con ellas en cada momento de angustia.
En un mundo que a menudo trivializa el sufrimiento, el Santo Papa León XIV hizo un llamado a la esperanza, invitando a todos a buscar la fortaleza en la fe y a permanecer firmes junto a María. “Hoy, más que nunca, necesitamos hombres y mujeres que vivan como ella, que no huyan del dolor, que no deseen la ausencia de la cruz, sino que la ofrezcan con amor”, concluyó, instando a la comunidad a unirse en oración y a encontrar en el sufrimiento un camino hacia la redención.