**Feijóo desata la tormenta política: Sánchez, acorralado por la corrupción en el Congreso**

En un feroz ataque que ha dejado sin aliento a la política española, Alberto Núñez Feijóo ha desmantelado la defensa del presidente Pedro Sánchez en solo 11 minutos, exponiendo una red de corrupción que sacude los cimientos del Gobierno. En una intervención cargada de contundencia, Feijóo no escatimó palabras al calificar a Sánchez de “político destruido”, señalando que su administración se ha alimentado de mentiras y prácticas corruptas.

El líder del Partido Popular no solo cuestionó la ética del presidente, sino que también reveló cómo la corrupción ha sido el hilo conductor de su carrera política. Desde su llegada al Partido Socialista hasta la moción de censura que lo catapultó al poder, Feijóo argumentó que Sánchez ha tejido un entramado de impunidad que ahora se desmorona ante la mirada de la justicia.

“Usted ha sostenido una gran mentira”, afirmó Feijóo, mientras el eco de sus palabras resonaba en el hemiciclo. La acusación de que el actual Gobierno opera como una “organización criminal” ha dejado a muchos en estado de shock, planteando serias dudas sobre la integridad del liderazgo de Sánchez.

Con una retórica afilada, el líder popular exigió responsabilidades y urgió a Sánchez a confesar lo que sabe, sugiriendo que su única salida digna es convocar elecciones anticipadas. “¿Cómo va a sacarnos de esta pesadilla si usted nos metió en ella?”, cuestionó, subrayando la desesperación que se siente en amplios sectores de la sociedad española.

La intervención ha dejado claro que la corrupción, lejos de ser un tema aislado, ha permeado cada rincón de la política española. “Esto no es una purga ideológica, sino una purga moral”, sentenció Feijóo, en un llamado a la decencia que resuena con fuerza en un país cansado de escándalos. La presión sobre Sánchez aumenta, y la incertidumbre sobre su futuro político se cierne como una sombra inquietante. La sociedad espera respuestas y, sobre todo, acciones concretas. La pregunta que queda en el aire es: ¿podrá Sánchez sobrevivir a esta tormenta?