**NUEVA CRISIS en MONCLOA: LOS INSPECTORES PIDEN la CABEZA de MONTERO**
Una tormenta política se desata en España mientras los inspectores de Hacienda exigen la dimisión inmediata de la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. La situación es crítica, con un creciente descontento que amenaza con desbordar el ya frágil equilibrio del gobierno de Pedro Sánchez. La presión se intensifica a medida que los funcionarios denuncian la creación de leyes que, según ellos, no solo son ilegales, sino que también ponen en riesgo la economía nacional.
El clima de desconfianza se ha agudizado tras la aprobación de la controvertida ley Bolaños, diseñada para proteger a los cercanos al gobierno de investigaciones judiciales. Esta legislación, de ser ratificada, podría ser el golpe final a la transparencia en un país que ya ha caído al puesto 46 en el índice de percepción de la corrupción, su peor posición en la historia democrática. Con un 28% de la población en riesgo de pobreza y un desempleo juvenil que ronda el 29%, la indignación popular crece.
Los inspectores de Hacienda, en un acto sin precedentes, han alzado la voz en un contexto donde la meritocracia parece haber sido reemplazada por el clientelismo. “Exigimos la dimisión de la ministra Montero”, claman, argumentando que su gestión ha debilitado el sistema tributario y amenazado la igualdad y solidaridad entre los ciudadanos.
Mientras la oposición se agita y el debate sobre la inmigración se intensifica, el gobierno se enfrenta a una crisis de legitimidad. La presión de los medios y la sociedad civil se hace cada vez más palpable, con un Pedro Sánchez que parece estar perdiendo el control. La combinación de descontento social, crisis económica y escándalos políticos convierte a España en un polvorín, donde cada declaración y cada decisión del gobierno podría detonar una explosión de protesta.
La situación es insostenible y la incertidumbre se cierne sobre el futuro político del país. ¿Podrá Montero sobrevivir a esta tormenta? ¿O será el gobierno de Sánchez el próximo en caer en la vorágine de la crisis? La respuesta podría llegar más pronto que tarde.