El presidente salvadoreño Nayib Bukele desató una tormenta de reacciones tras su intensa confrontación con un periodista feminista que lo acusó de dictador, durante una conferencia de prensa en Costa Rica. La tensión en el ambiente era palpable mientras Bukele defendía su controvertido enfoque de seguridad, que ha llevado a la detención de miles de personas en su país, muchas de ellas declaradas inocentes por organizaciones de derechos humanos.
Con un tono desafiante, Bukele rechazó la acusación, argumentando que las cifras de 30,000 presos inocentes son fabricaciones de organizaciones vinculadas a la oposición política. “En El Salvador, hemos liberado al 99% de la población que estuvo en prisión”, afirmó, desatando aplausos y murmullos entre los presentes. Su defensa se centró en la necesidad de actuar con firmeza ante el crimen, recordando la “década más sangrienta” bajo gobiernos previos.
El presidente, en un intento por cambiar la narrativa, habló de la violencia desatada por las pandillas y de cómo su gobierno ha enfrentado la crisis de seguridad con medidas drásticas. “No podemos permitir que el miedo gobierne nuestras vidas”, insistió, mientras los periodistas tomaban notas ávidamente.
La tensión escaló cuando el periodista cuestionó la ética de su administración y la falta de un sistema judicial justo. Bukele, sin titubear, defendió sus acciones como necesarias para proteger a la población, evocando imágenes de un país sumido en el caos. “No se puede hacer justicia a través de un sistema que ha fallado”, proclamó.
Este choque verbal no solo resalta las divisiones políticas en la región, sino que también plantea serias preguntas sobre el futuro de la democracia en El Salvador. La respuesta del público y de los líderes internacionales será crucial en los días venideros, mientras la comunidad internacional observa de cerca el desarrollo de esta crisis.