Moria Casán, la icónica diva del espectáculo argentino, ha cambiado el glamour de los escenarios por la rutina cotidiana de ser abuela. En un giro inesperado, la protagonista de “Cuestión de Género” ha asumido el rol de niñera a tiempo completo para sus nietos, Elena y Dante, mientras su hija Sofía Gala se embarca en un viaje musical por Europa. Este cambio repentino ha sorprendido a sus seguidores, quienes la conocen por su vida llena de brillo y libertad.
La escena se desarrolla en el corazón de Buenos Aires, donde Moria, de 78 años, se encuentra en medio de mochilas escolares y horarios de teatro. A pesar de su apretada agenda, la diva no ha dudado en aceptar el desafío de cuidar a sus nietos. “Elena estuvo en la toma del Pellegrini hasta las 7 de la mañana”, relató Moria con picardía, mientras compartía su experiencia con el público. Dante, por su parte, se ha convertido en un fanático de la obra de teatro de su abuela, asistiendo a funciones con entusiasmo.
Moria, siempre auténtica, se muestra cómoda en este nuevo papel. “No me pongo en ningún altar”, afirma, desafiando la idea de que una figura mediática no puede llevar una vida normal. Su sinceridad brutal y su humor característico brillan mientras comparte anécdotas sobre la vida familiar. Con una mezcla de glamour y cotidianidad, la diva demuestra que puede ser todo lo que se proponga, desde estrella hasta abuela cariñosa.
Este cambio de roles no solo revela la versatilidad de Moria, sino también un profundo sentido de pertenencia y conexión con su familia. En un mundo donde la fama a menudo eclipsa lo cotidiano, Moria Casán se erige como un ejemplo de equilibrio, mostrando que el amor familiar puede coexistir con una carrera exitosa. Mientras lleva a Dante al colegio y se prepara para su próxima función, queda claro que, independientemente del rol que asuma, Moria sigue siendo la misma fuerza de la naturaleza que ha cautivado al público durante más de cinco décadas.