La feria del albaca en Huesca se ha convertido en el epicentro del descontento popular contra el presidente Pedro Sánchez. Durante el evento, el torero Manuel Escribano, tras una faena aclamada, hizo ondear una bandera de España con un mensaje contundente: “Sánchez a prisión”. Este acto, que desató una ovación ensordecedora entre el público, ha capturado la atención de las redes sociales y se ha vuelto viral en cuestión de horas.
La situación se intensificó durante el chupinazo, donde los gritos de “Pedro Sánchez, hijo de fruta” resonaron en la plaza, interrumpiendo incluso el discurso del consejero de Fomento de Aragón, Octavio López, quien, entre risas, permitió que los abucheos se escucharan. La alcaldesa Lorena Orduna no pudo evitar reconocer la magnitud del rechazo hacia el presidente, evidenciando un clima hostil que se ha ido acumulando en los últimos meses.
Este episodio no es un hecho aislado. A lo largo del verano, Sánchez ha enfrentado un creciente descontento en conciertos, fiestas populares y plazas de toros, reflejando un deslizamiento alarmante en la confianza ciudadana. La oposición atribuye esta ola de rechazo a la gestión del presidente y sus controvertidos pactos políticos, mientras que el Partido Socialista intenta desviar la atención acusando al Partido Popular de tergiversar los hechos.
La imagen de Escribano con la bandera se ha convertido en un símbolo del pulso entre un presidente atrincherado en la Moncloa y una ciudadanía que le ha dejado claro que ya no está de su lado. Este acto de desafío en Huesca marca un momento crítico en la política española, donde la voz del pueblo resuena con fuerza y claridad. La situación es tensa y está lejos de calmarse, con un futuro incierto para Sánchez en el horizonte.