Desde que Hansi Flick asumió el mando del FC Barcelona, la atmósfera en el club ha experimentado un cambio palpable, no solo en el estilo de juego, sino también en la estricta disciplina que ha impuesto. Las palabras de Pedri, uno de los pilares del equipo, han sacado a la luz una de las nuevas reglas más sorprendentes del técnico alemán: “Con Xavi, el CÓDIGO INTERNO establecía que los RETRASOS de los jugadores, ya fuera a reuniones, charlas o entrenamientos, se castigaban con MULTAS. La penalización solía ser de 1.000 EUROS por minuto de retraso, duplicándose a medida que aumentaba el tiempo”, reveló el mediocampista.
Bajo el liderazgo de Xavi, estas multas económicas eran vistas como un mecanismo eficaz para mantener la puntualidad y la profesionalidad. Sin embargo, Flick ha decidido llevar la disciplina un paso más allá, adoptando una medida que no solo afecta los bolsillos de los jugadores, sino su tiempo en el campo, algo que todos valoran más que el dinero. “Con Flick, todo ha cambiado, los retrasos se castigan con la SUPLENCIA, si llegas tarde NO JUEGAS”, añadió Pedri, dejando claro que la tolerancia a la impuntualidad ha desaparecido por completo.
Esta nueva norma ha causado asombro tanto dentro como fuera del vestuario. Flick, conocido por su enfoque riguroso y su insistencia en los detalles, ve la puntualidad como un reflejo del compromiso y la seriedad con la que los jugadores asumen su rol en el equipo. La decisión de sancionar con la suplencia, en lugar de multas, envía un mensaje contundente: el rendimiento en el terreno de juego se gana desde la preparación, y no hay margen para la falta de disciplina, sin importar la importancia o el estatus del jugador.
Las implicaciones de esta regla no son menores. Un jugador que llegue tarde a una sesión crucial o a una charla táctica podría perder la oportunidad de ser titular en un partido importante, lo que pone en juego tanto su rendimiento personal como el resultado del equipo. Para los más jóvenes, el mensaje es claro: la profesionalidad es un pilar esencial bajo el mando de Flick. Para los más veteranos, es un recordatorio de que nadie está por encima de las reglas.
La medida ha generado opiniones divididas entre los aficionados y expertos. Algunos elogian la firmeza de Flick, asegurando que ayudará a fomentar un entorno más profesional y competitivo. Otros consideran que podría generar tensiones en el vestuario si se aplica de manera inflexible. Sin embargo, lo que queda claro es que Flick está dispuesto a hacer lo necesario para garantizar que el equipo se maneje con la máxima seriedad.
El impacto de esta norma ya se empieza a notar en la dinámica del equipo. Los jugadores han aumentado su nivel de atención a los detalles fuera del campo, sabiendo que un simple retraso podría tener consecuencias significativas. La disciplina, la preparación y el compromiso que Flick exige están diseñados para crear un equipo más sólido y confiable, capaz de enfrentar cualquier desafío con la misma determinación con la que se preparan para el partido más importante.
Con este nuevo código de disciplina, Hansi Flick reafirma su liderazgo y su visión para un FC Barcelona donde el profesionalismo y la entrega absoluta son innegociables.