En Titanic 2: Ecos del Profundo, el mundo queda cautivado por un asombroso descubrimiento: un equipo de oceanógrafos ha desenterrado un misterioso cuerpo perfectamente conservado, enterrado en los restos helados del Titanic original. Este cuerpo pertenece nada menos que a Jack Dawson (Leonardo DiCaprio). A través de un avanzado proceso criogénico, es revivido, aunque confundido y desubicado en un mundo más de un siglo adelante de su tiempo.
Mientras Jack intenta adaptarse al mundo moderno, lucha con el dolor, sabiendo que Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet), el amor de su vida, ha vivido sin él. A través de informes de noticias y medios virales, Jack se entera de que Rose vivió hasta su vejez y se convirtió en un símbolo de resiliencia tras el desastre del Titanic. Ahora, con 102 años y en frágil salud, Rose reside en una finca costera, alejada del ojo público.
Aterrorizado por los recuerdos y anhelando un cierre, Jack se pone en contacto con Rose. Su emotivo reencuentro está lleno de nostalgia, amor y dolor. Rose, aunque débil, sigue siendo vibrante en espíritu y comparte su historia de vida con Jack, revelando la profundidad de su amor por él y la familia que construyó en su ausencia. A medida que se reconectan, Jack y Rose se dan cuenta de que su amor trasciende el tiempo, aunque su reunión es efímera.
Mientras tanto, un magnate ha comisionado el Titanic II, una réplica exacta del barco original, con la intención de navegar por la misma ruta en homenaje a su trágica historia. Jack y Rose, acompañados por su bisnieta, son invitados a bordo para su viaje inaugural. Sin embargo, surgen señales ominosas que sugieren que el barco está maldito por el fantasma del pasado. La historia parece repetirse cuando el barco se dirige hacia otra potencial catástrofe: un iceberg inusual amenaza con hundir el nuevo Titanic.
En los momentos culminantes de la película, Jack enfrenta un dilema: salvar a los pasajeros o garantizar la seguridad de Rose una última vez. La película termina con Jack haciendo el sacrificio supremo una vez más, dejando a los espectadores con un giro emocional desgarrador, pero esperanzador.