La comunidad musical llora la repentina pérdida de Rubby Pérez, el alma indiscutible del merengue, quien falleció hace tres días en un devastador accidente durante un concierto en la discoteca IAS, en la capital dominicana. Mientras su hija, Sulinca, comparte un conmovedor mensaje de despedida, revelando secretos y momentos íntimos que transforman nuestra comprensión de este ícono.
El trágico colapso del techo del local dejó a Rubby atrapado entre los escombros, mientras cientos de fanáticos, atónitos, aguardaban un milagro. La confusión y el polvo llenaron el ambiente, pero nadie podía imaginar que esa noche marcaría el final de su inigualable carrera. A pesar de los esfuerzos por rescatarlo, la esperanza se desvaneció lentamente, y el 8 de abril se convirtió en una fecha que quedará grabada en la memoria colectiva.
Sulinca, visiblemente afectada, compartió su dolor y los recuerdos de su padre: “El corazón del merengue no solo fue un artista, sino también el cimiento de nuestra familia”. Con lágrimas en los ojos, confesó que su legado trasciende la música; Rubby fue un hombre que luchó contra adversidades y siempre se entregó a su pueblo con pasión.
Mientras la nación entera se une para rendir homenaje a su memoria, Sulinca nos invita a recordar no solo al artista, sino al hombre que soñó con ser beisbolista, cuya vida dio un giro inesperado que lo llevó a convertirse en una leyenda musical. “Hoy su voz ya no resuena, pero su esencia sigue viva en cada acorde”, afirmó.
La noticia de su partida ha dejado un vacío inmenso en el corazón de todos. En medio de este duelo, la comunidad se aferra a su música, sabiendo que Rubby Pérez, aunque físicamente ausente, continuará vibrando en el alma del merengue y en cada celebración que suene su nombre. La historia de Rubby no es solo una de triunfo, sino también de sacrificios y promesas que jamás se cumplirán, y ahora, su legado perdurará eternamente.