En un impactante desarrollo que sacude a la opinión pública mexicana, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, reveló este lunes que la influencer Valeria Márquez, asesinada hace semanas, estaba involucrada en una compleja red de narcotráfico y lavado de dinero operada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Durante una conferencia de prensa, Harfuch destacó el hallazgo de más de 2 toneladas de drogas en el salón de belleza de Márquez, que se había presentado al público como un negocio legítimo, pero que en realidad servía como fachada para actividades criminales.
Las investigaciones revelaron que el salón no era solo un punto de venta de productos estéticos, sino una pieza clave en un entramado de lavado de dinero que incluía transferencias millonarias a cuentas fantasma. Márquez, quien había intentado desvincularse de este mundo, se encontraba en una situación de vulnerabilidad financiera antes de su muerte, lo que la llevó a aceptar ayuda del CJNG bajo la apariencia de un apoyo empresarial.
El caso dio un giro aún más alarmante con el descubrimiento de un túnel secreto en la antigua residencia de Márquez, utilizado como vía de escape para miembros del cártel. En su interior, las autoridades encontraron un arsenal de más de 120 rifles de asalto y otros armamentos, así como documentación que sugiere la existencia de una logística sofisticada para el tráfico de armas.
Las autoridades han lanzado una ofensiva contra más de 28 microempresas en Jalisco sospechosas de operar como fachadas para el narcotráfico, y han anunciado que continuarán investigando a influencers y creadores de contenido con movimientos financieros irregulares. García Harfuch enfatizó que no habrá impunidad para quienes utilicen su imagen pública para encubrir actividades delictivas.
El descubrimiento de este entramado criminal plantea serias dudas sobre la legitimidad de numerosos negocios que operan bajo la apariencia de emprendimiento, y subraya la complejidad del crimen organizado en la era digital. Las fuerzas de seguridad han intensificado sus esfuerzos para desmantelar estas redes, advirtiendo que el crimen no se oculta solo en las sombras, sino también detrás de la imagen de éxito que promueven las redes sociales.