Después de la muerte de William Wallace, Robert the Bruce, un noble dividido entre la lealtad y la rebelión, se declara Rey de los Escoceses. Sin embargo, su reclamo al trono es desafiado tanto por los ingleses como por clanes escoceses rivales. Traicionado y perseguido, Robert es herido y obligado a esconderse durante un duro invierno en las Tierras Altas. Encuentra refugio con una mujer campesina y sus hijos, quienes, a pesar del gran riesgo, lo cuidan hasta que se recupera. Su bondad reaviva la esperanza de Robert y su compromiso de liberar Escocia.
A través de su lucha personal y reflexión, recupera la fuerza para reunir apoyo y reavivar la lucha por la libertad. La película se centra más en el viaje interior de Robert y el costo humano de la guerra, en lugar de en batallas épicas, mostrando cómo el coraje de un hombre —inspirado por el legado de Wallace— puede encender la resistencia de una nación.