El asesinato de Valeria Márquez, una influencer de 23 años, ha conmocionado a la sociedad mexicana y ha generado un intenso interés mediático. La Fiscalía de Jalisco ha confirmado que se están investigando tres líneas principales en relación con su muerte, ocurrida el pasado 13 de mayo en Zapopan, donde fue acribillada dentro de su propio establecimiento. Hasta el momento, las autoridades han realizado más de 20 entrevistas a familiares y amigos de la víctima en busca de pistas que puedan esclarecer el crimen.
A pesar de los esfuerzos, el caso ha tomado un giro alarmante. La falta de un principal sospechoso ha alimentado especulaciones, incluyendo la posibilidad de que el asesinato esté vinculado a un contexto de narcotráfico, dado que Valeria fue apodada “narcobarbie” en redes sociales. Este término describe a jóvenes mujeres involucradas en el mundo del narcotráfico, que exhiben un estilo de vida de lujo en plataformas digitales.
Los detalles del crimen son confusos: dos individuos, uno en motocicleta y otro en un automóvil, habrían huido del lugar tras el ataque, pero las cámaras de seguridad han complicado el proceso de identificación. Sin embargo, la Fiscalía asegura que tiene información suficiente para seguir investigando, aunque no se ha revelado públicamente.
Las redes sociales han sido un hervidero de teorías, algunas de ellas inverosímiles, como la intervención de videntes que afirman haber contactado con la víctima. Mientras tanto, la familia y amigos de Valeria han manifestado su dolor y han solicitado justicia con la esperanza de que el caso no caiga en el olvido.
Este trágico suceso ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por la violencia contra las mujeres en México, un país donde los feminicidios son una realidad alarmante. La comunidad espera respuestas rápidas y efectivas por parte de las autoridades para esclarecer lo ocurrido y llevar a los responsables ante la justicia.