**ATROCIDADES DE FRANCIA QUE YA OLVIDAMOS: LA MASACRE DE TIAROYE**
En un oscuro capítulo de la historia francesa que ha permanecido en la sombra, emergen los ecos de la masacre de Tiaroye, un acontecimiento que se remonta a diciembre de 1944, donde valientes soldados senegaleses, tras haber luchado por Francia en la Segunda Guerra Mundial, fueron brutalmente asesinados por su propio ejército. Este episodio, que nunca se enseñó en las aulas ni se discutió en los círculos oficiales, revela las atrocidades que Francia prefiere olvidar.
Los tiradores senegaleses, formados por soldados de antiguas colonias africanas, regresaron a su país tras años de servicio, solo para enfrentarse a la traición y el desprecio. El 1 de diciembre de 1944, tras meses sin recibir sus salarios, un grupo de estos soldados se amotinó en el campamento militar de Tiaroye, buscando justicia. Sin embargo, lo que encontraron fue la muerte. Una intervención militar desproporcionada se tradujo en un ataque que dejó entre 70 y 300 muertos, según diferentes fuentes, mientras que el gobierno francés minimiza el suceso a una simple revuelta.
La represión fue inmediata y devastadora. Los soldados, en su mayoría desarmados, fueron atacados sin piedad, y el informe oficial intentó ocultar la magnitud de la tragedia. Desde entonces, las familias de las víctimas han luchado por recuperar los restos de sus seres queridos, enterrados en fosas comunes en un cementerio militar olvidado. La historia oficial, que ignora este genocidio, no solo ha causado un profundo dolor entre los senegaleses, sino que también ha perpetuado la impunidad en el ámbito de las relaciones entre Francia y Senegal.
Hoy, los descendientes de aquellos héroes siguen clamando por justicia. La memoria de la masacre de Tiaroye no debe ser silenciada; es un recordatorio escalofriante de las atrocidades que se han cometido en nombre de la guerra y del colonialismo. Mientras el tiempo avanza, la exigencia de reconocimiento y reparación se vuelve más urgente. La historia no debe ser olvidada; un pueblo que ignora su pasado está condenado a repetirlo.