¡ALERTA EN MÉXICO! La muerte de Carlos González, el único sobreviviente de una masacre relacionada con el crimen organizado, ha desatado una operación sin precedentes que reveló un oscuro secreto en el corazón de un popular club musical. Omar García Harfuch, jefe de la policía capitalina, ha liderado un asalto al Club de los Fugitivos, descubriendo un vasto escondite de drogas y un elaborado sistema criminal disfrazado de entretenimiento.
La intervención comenzó a las 3 de la madrugada, cuando las unidades tácticas irrumpieron en el club, hallando más de una tonelada de narcóticos, incluyendo cocaína, metanfetaminas y fentanilo, escondidos en instrumentos musicales. Sin embargo, lo que se encontró detrás de una pared falsa fue aún más perturbador: un túnel que conducía a un búnker subterráneo repleto de armas, documentos y una libreta con nombres y códigos que apuntan a una operación clandestina llamada “Travesía”.
A medida que la investigación avanza, se ha confirmado que la muerte de González no fue un accidente, sino un mensaje de advertencia. Su celular, recuperado en circunstancias misteriosas, contenía mensajes y audios que revelan una traición interna. Entre las sombras de su última comunicación, el remitente conocido como “Trompeta” ha sido identificado como un traidor que comprometió al grupo.
Las autoridades están en alerta máxima, buscando a los demás integrantes del grupo y desentrañando una red que se extiende más allá de las fronteras. La gravedad de los hallazgos ha llevado a Harfuch a declarar que este caso no es aislado, sino parte de una estructura mucho más grande que mezcla música con crimen organizado.
Mientras la conmoción recorre el país, la pregunta persiste: ¿cuántos más están involucrados en esta red criminal? La verdad comienza a salir a la luz, y la guerra por desmantelar esta organización apenas ha comenzado.