¡ÚLTIMO MINUTO! La captura de los asesinos del grupo musical Fugitivo ha conmocionado a México. En una revelación impactante, Carlos González, el único sobreviviente de la masacre, ha confesado toda la verdad detrás de la trampa mortal que costó la vida a cinco jóvenes músicos en Reyosa, Tamaulipas.
El 25 de mayo de 2025, los integrantes del grupo fueron citados a lo que se les prometió como una fiesta privada. Sin embargo, lo que parecía un evento inocente se convirtió en una emboscada brutal. Fueron interceptados, desaparecidos y, posteriormente, calcinados en una camioneta. Carlos, que llegó tarde, fue el único que logró escapar de la muerte, un giro del destino que lo dejó como testigo de una tragedia que sacudió al país.
La fiscalía ha confirmado que la ejecución fue orquestada por un cártel, en represalia por la negativa del grupo a interpretar un corrido dedicado a un líder criminal. Carlos, con la voz entrecortada, ha compartido que días antes recibieron advertencias a través de redes sociales, pero las tomaron a la ligera. “No sé si fue una trampa,” dijo, “pero algo no estaba bien desde el principio.”
El horror se intensificó cuando las autoridades localizaron los restos calcinados de los músicos en un terreno abandonado. La indignación creció en las calles, con protestas exigiendo justicia y respuestas.
La captura de nueve sospechosos, que están vinculados al crimen, ha traído un rayo de esperanza, pero las preguntas siguen sin respuesta: ¿quién facilitó la información que llevó a esta masacre? Carlos ha revelado que, según recientes investigaciones, un miembro cercano al grupo podría haber estado involucrado en el trágico desenlace.
Mientras el país enfrenta este doloroso capítulo, la comunidad artística se encuentra en estado de alerta. “Nunca quise que esto sucediera,” lamenta Carlos, quien ahora se enfrenta a la dura realidad de ser el portador de una verdad que muchos prefieren ignorar. La historia de Grupo Fugitivo es un sombrío recordatorio de los peligros que acechan a quienes se atreven a soñar en un mundo donde la música se paga con sangre.