La Fiscalía de Jalisco ha desvelado nuevas y alarmantes revelaciones sobre el asesinato de Valeria Márquez, la joven influencer cuya muerte ha conmocionado a la nación. En una reciente rueda de prensa, el vicefiscal Alfonso Gutiérrez Santillán ha indicado que existen indicios de que el crimen podría haber sido orquestado por un autor intelectual y ejecutado por un sicario, sugiriendo que al menos dos personas estarían involucradas en este macabro plan.
Los investigadores han encontrado pruebas de premeditación, incluyendo registros de llamadas y comunicaciones digitales que apuntan a una posible colaboración entre el grupo de amigas de Valeria, quienes ya han sido interrogadas. Sin embargo, la tensión crece a medida que se revelan contradicciones en sus testimonios, especialmente el de Vivian de la Torre, quien ha sido considerada sospechosa tras su extraño comportamiento durante una transmisión en vivo en la que se produjo el ataque.
Impactantes detalles han salido a la luz, como la afirmación de que las cámaras de seguridad del centro de estética donde ocurrió el asesinato estaban inoperativas, lo que sugiere que el agresor pudo haber tenido conocimiento previo sobre el lugar y sus movimientos. Las autoridades han instado a los testigos a que se presenten y compartan cualquier información que pueda esclarecer el caso, mientras la presión sobre la fiscalía aumenta.
La comunidad se pregunta: ¿fue este un crimen pasional o un acto de venganza? Valeria, que planeaba revelar su orientación 𝑠e𝑥ual, podría haber sido víctima de un complot más grande, vinculado a su deseo de distanciarse de un entorno peligroso. La indignación crece entre los ciudadanos, quienes exigen justicia y una respuesta contundente de las autoridades. En medio de este caos, la sombra de la impunidad se cierne sobre Jalisco, mientras los ecos de la tragedia resuenan en todo el país.