Ángel de Brito ha vuelto a encender el debate sobre la misteriosa desaparición de Mariana “La Niña Loly” Antoniale del panorama mediático argentino. En su programa, el periodista reveló que la salida de Antoniale de la televisión podría estar vinculada a un oscuro conflicto con su expareja, Jorge Rial, quien supuestamente presionó para que fuera desvinculada de “Bailando por un sueño”, uno de los programas más populares del país.
Según De Brito, la relación entre Rial y Antoniale se tornó conflictiva tras una pelea, lo que llevó al conductor a contactar a Marcelo Tinelli, exproductor del programa, para exigir su despido. “Échenla como sea”, habría dicho Rial, lo que desató una serie de especulaciones sobre las razones detrás de la abrupta salida de la modelo del espectáculo. Desde entonces, Antoniale ha mantenido un silencio absoluto, lo que ha alimentado rumores y teorías sobre su paradero.
La ausencia de Antoniale ha despertado inquietudes en el público y los medios, generando preguntas sobre si su retiro fue una decisión personal o resultado de presiones externas. De Brito planteó dos hipótesis: miedo o un acuerdo económico para desaparecer de la escena pública. La falta de declaraciones oficiales de Antoniale o Rial ha dejado el caso en un limbo, convirtiendo a “La Niña Loly” en una figura casi mítica del espectáculo argentino.
A pesar de los rumores sobre su vida en Miami o Córdoba, así como especulaciones sobre su estado civil, no hay confirmaciones sobre su situación actual. La historia de Antoniale se ha vuelto un enigma, y su caso resuena como una advertencia sobre las dinámicas del poder en el mundo del espectáculo. La pregunta persiste: ¿volverá algún día a contar su verdad, o continuará su vida alejada del ojo público? La incertidumbre sigue siendo palpable, y el silencio de Antoniale se erige como un eco en un medio donde la exposición es la norma.