La OTAN ha desmentido de manera contundente las afirmaciones del presidente Pedro Sánchez, quien aseguró que España no tiene la obligación de aumentar su gasto en defensa más allá del 2,1% del PIB. En un giro inesperado, la Alianza Atlántica ha revelado que todos los países miembros, incluida España, deberán alcanzar un gasto militar del 5% del PIB para el año 2035. Esta noticia ha caído como un balde de agua fría en un momento crítico, ya que Sánchez intentó presentar la situación como un triunfo diplomático, argumentando que se le otorgó más tiempo debido a que España apenas alcanzó el 2% hace unos meses.
Sin embargo, la realidad es clara: la flexibilidad temporal no es un privilegio exclusivo de España, sino una exigencia que afecta a todos los aliados. La OTAN ha dejado claro que la obligación es ineludible, y el presidente ha sido acusado de manipular la información para ocultar la presión internacional que enfrenta su gobierno, que ya se encuentra tambaleándose por escándalos de corrupción y la posible salida de ministros clave.
Sánchez, en su defensa, ha calificado el 5% como un despilfarro incompatible con el estado del bienestar, ignorando que otros países con compromisos sociales similares han aceptado el nuevo acuerdo. La desinformación ha quedado al descubierto, y la OTAN parece estar perdiendo la paciencia con las maniobras del presidente español. Mientras tanto, el mandatario continúa utilizando el atril institucional para evadir preguntas y no enfrenta la creciente crisis que rodea a su ejecutivo.
La situación es crítica y la presión sobre Sánchez aumenta. La comunidad internacional está atenta, y el futuro de la política de defensa en España se encuentra en una encrucijada.