Javier Milei, presidente de Argentina, enfrenta un severo revés judicial tras ser denunciado por la familia de Ian Moche, un niño autista, debido a un polémico tweet que publicó el 1 de junio. En este mensaje, Milei hizo referencia a una entrevista en la que Moche, acompañado de su madre, expresaba su frustración sobre el sistema de pensiones para personas con discapacidad. La publicación del presidente fue considerada ofensiva y despectiva, lo que ha generado una ola de repudio en redes sociales y entre la opinión pública.
La denuncia, presentada recientemente, solicita que un juez ordene a Milei eliminar el tweet y abstenerse de realizar publicaciones similares en el futuro. La familia de Moche argumenta que las palabras del presidente constituyen una grave violación de derechos y un acto de crueldad hacia las personas con discapacidad. Este caso ha sido calificado como un asunto de importancia constitucional, reflejando la tensión existente en el país en torno a temas de inclusión y respeto hacia las personas vulnerables.
El tweet en cuestión, que aún permanece en la cuenta oficial de Milei, fue interpretado como un ataque hacia el periodista Paulino Rodríguez, quien entrevistó a Moche. La controversia ha escalado, llevando a un debate más amplio sobre la libertad de expresión y la responsabilidad de los líderes políticos en sus declaraciones públicas.
La reacción de Milei ante esta denuncia aún no ha sido oficializada, pero se espera que su defensa se base en la distinción entre sus funciones como ciudadano y como presidente. Este incidente se produce en un contexto de creciente polarización en la política argentina, donde el discurso y las acciones de los líderes son objeto de intenso escrutinio. La situación sigue evolucionando, y la respuesta del presidente podría tener repercusiones significativas en su administración y en la percepción pública de su gobierno.