Pedro Sánchez enfrenta un boicot sin precedentes en sus vacaciones en Lanzarote, donde su presencia ha sido calificada de “falta de respeto” por la presidenta del Parlamento de Canarias, Astrid Pérez. El líder del PSOE ha elegido nuevamente la isla como destino estival, pero este año la situación es explosiva. La dirigente del Partido Popular ha exigido abiertamente que el presidente cancele su estancia en la Mareta, un complejo turístico que ha albergado a líderes y reyes durante décadas.
La crítica hacia Sánchez no se ha hecho esperar. Pérez ha denunciado que su visita no solo es indeseada, sino que refleja su desconexión con la realidad que viven los ciudadanos canarios, sumidos en la indignación por los escándalos de corrupción que han salpicado a su gobierno. “No es digno de esta isla”, ha afirmado, subrayando que ni siquiera sus propios compañeros de partido se atreven a defenderlo en público.
La presión sobre Sánchez aumenta, y el mensaje desde Canarias es claro: “No eres bienvenido”. A medida que se acercan sus vacaciones, la isla se prepara para un recibimiento hostil. Desde Moncloa aún no se ha confirmado oficialmente su destino, pero todo indica que el presidente se refugiará en la residencia Lanzaroteña tras su comparecencia del 31 de julio.
El ambiente es tenso y el descontento palpable. Lanzarote, que ha sido un refugio para mandatarios, se convierte este año en el escenario de un rechazo contundente. Los ciudadanos han alzado la voz, y la sombra de la corrupción se cierne sobre Sánchez, quien podría enfrentarse a un verano marcado por la controversia y la oposición. La isla espera con el viento en contra, y el presidente se encuentra acorralado en un momento crítico de su mandato.