Centenares de asistentes al Orgullo LGTBI de Madrid han estallado en un abucheo ensordecedor contra la carroza del Partido Socialista, en una manifestación de indignación que refleja el descontento general por los escándalos de corrupción que han salpicado al gobierno de Pedro Sánchez. Los gritos de “ladrones” y los silbidos resonaron en la plaza de Cibeles, mientras la carroza intentaba acelerar su paso y subir el volumen de la música para ahogar el clamor popular.
La jornada, que debería haber sido de celebración, se convirtió en un claro acto de protesta. A pesar de los intentos del Comité Federal del PSOE de blindar a Sánchez ante la cascada de acusaciones, la situación se tornó más complicada con la renuncia de Paco Salazar, un leal militante del presidente, acusado de acoso 𝑠e𝑥ual por varias compañeras. Este escándalo se suma a una serie de investigaciones que han dañado la credibilidad del partido, afectando a figuras clave como Coldo García, Begoña Gómez y David Sánchez.
El descontento de los asistentes, muchos de ellos antiguos votantes del PSOE, es palpable. En un ambiente festivo, han reclamado transparencia y responsabilidad a un partido que parece haber perdido el rumbo. La situación es crítica: si el PSOE pierde el apoyo del colectivo LGTBI, su base electoral se verá gravemente afectada.
La escena en el Orgullo es un reflejo del creciente malestar social y la falta de confianza en un partido que se encuentra en la cuerda floja. La presión aumenta y el tiempo corre: el PSOE debe actuar rápidamente para recuperar la fe de sus votantes antes de que sea demasiado tarde.