Francina Armengol, presidenta del Congreso, se encuentra al borde de una crisis política sin precedentes. Fuentes internas del Partido Socialista han confirmado que su dimisión podría ser inminente, a medida que se acerca el devastador informe de la UCO de la Guardia Civil, que examina la escandalosa compra de mascarillas defectuosas por un valor de 3,7 millones de euros durante su mandato como presidenta del Gobierno Balear.

Este informe, que será entregado al juez Ismael Moreno antes de que termine el verano, revela un cúmulo de irregularidades alarmantes. El pago se realizó anticipadamente, sin contrato firmado y sin verificar la calidad del material, que resultó ser fraudulento. A pesar de que informes técnicos ya advertían sobre los problemas en junio de 2020, el IR Salud no inició la reclamación del dinero hasta julio de 2023, justo antes de unas elecciones autonómicas que resultaron en una derrota para el Partido Socialista.

La UCO también ha descubierto mensajes comprometedores entre Armengol y Coldo García que demuestran presiones para reunirse con empresarios vinculados a la trama. En una de las conversaciones, Coldo envía corazones a Armengol mientras le pide que se reúna con los intermediarios de Soluciones de Gestión SL, la empresa fantasma que se benefició del contrato millonario. La Fiscalía Europea ha abierto diligencias por presunta malversación y tráfico de influencias, lo que complica aún más su situación.

El Partido Socialista ya considera inevitable la dimisión de Armengol si el informe confirma las sospechas. La tercera autoridad del Estado está atrapada en un escándalo de corrupción que podría desestabilizar aún más al sanchismo. La presión aumenta y la cuenta atrás ha comenzado. La dimisión está sobre la mesa; solo falta el golpe final del informe, que podría retrasarse hasta agosto para maximizar su impacto político. La incertidumbre y la tensión se palpan en el ambiente.