Gustavo Petro, el presidente de Colombia, ha sido expulsado del Congreso en un escándalo político sin precedentes que ha sacudido el Capitolio Nacional. En una intervención explosiva, la representante Lina María Garrido del partido Cambio Radical lo ha tildado de “mentiroso” y “traidor”, provocando su salida abrupta en medio de gritos de indignación de los opositores. Este dramático episodio ocurrió durante el inicio del último año del periodo legislativo, donde Petro había defendido su gestión durante más de dos horas y media.
Garrido, que alguna vez apoyó a Petro, no se contuvo en su ataque. Vestida con un sombrero característico, denunció lo que calificó como una “sarta de mentiras” del presidente y criticó sus contradicciones, afirmando que “se disfrazó de feminista, ambientalista, pacifista y demócrata”. La frase “Hoy huele a azufre” resonó en el recinto, subrayando un ambiente de descomposición institucional. Su discurso, que rápidamente se volvió tendencia en redes sociales, ha sido elogiado incluso por críticos habituales del Congreso.
Visiblemente molesto, Petro abandonó el recinto junto a su ministro del Interior, mientras la tensión entre el ejecutivo y el legislativo alcanzaba un nuevo pico. La reacción de Garrido fue contundente: “Tan duro que tuvo que salir corriendo, cobarde”, sentenció. Mientras algunos defensores del presidente, como el ex senador Roy Barreras, intentan calificar su actitud como democrática, la decisión de abandonar el Congreso antes de escuchar a otros representantes ha sido ampliamente criticada.
Este episodio marca un punto de inflexión en la política colombiana, con un Petro que enfrenta un creciente descontento y un Congreso que no se detiene ante la confrontación. La situación es crítica y el futuro del presidente pende de un hilo en este clima de agitación.