**Atropelló y mató a su novio en 2017: Ahora su marido la denuncia por violencia**
En un giro escalofriante de los acontecimientos, Julieta Silva, quien fue condenada por el homicidio de su novio Genaro Fortunato en 2017, enfrenta nuevamente la justicia, esta vez acusada de agredir a su actual pareja. La historia, que parecía haber encontrado un desenlace tras su liberación en 2020, se complica de manera alarmante.
El 9 de septiembre de 2017, Silva, bajo los efectos del alcohol, atropelló y mató a Fortunato en San Rafael, Mendoza, un hecho que conmocionó al país. Tras una condena de 3 años y 9 meses por homicidio culposo agravado, Julieta recuperó su libertad y formó una nueva familia, dando a luz a una hija en 2020. Sin embargo, la tranquilidad fue efímera.
El pasado 12 de julio, la policía recibió una angustiosa llamada al 911. Un hombre, identificado como su esposo, se encontraba encerrado en el baño, temiendo por su vida. Declaró que Silva lo había agredido y amenazado, dejando evidencias de lesiones en su cuerpo. Al llegar al lugar, los agentes encontraron al hombre con marcas de defensa, lo que corroboró su relato de un ataque violento.
La situación ha llevado a la detención de Julieta Silva, quien ahora enfrenta cargos de lesiones graves agravadas por el vínculo. Se le ha impuesto prisión domiciliaria y una prohibición de acercamiento a su pareja. Sin embargo, la preocupación persiste: su hija de dos años está bajo su custodia, lo que plantea serias interrogantes sobre su seguridad.
Los informes forenses ya habían alertado sobre el perfil psicológico de Silva, describiéndola como una persona con problemas psiquiátricos graves, hostil y potencialmente peligrosa tanto para sí misma como para otros. Este patrón de comportamiento violento parece repetirse, ya que Silva, tras haber sido condenada por un homicidio, ahora se enfrenta a nuevas acusaciones de agresión.
La comunidad está en estado de alerta. ¿Qué pasará con su hija? La Fiscalía ha intervenido, pero muchos cuestionan si es seguro que la niña permanezca con una madre con un historial tan perturbador. La historia de Julieta Silva, que comenzó con un trágico accidente, ahora se convierte en un ciclo de violencia que deja a todos con la pregunta: ¿cuánto más se puede tolerar?
El caso de Silva es un recordatorio escalofriante de la complejidad de la violencia de género y de la necesidad urgente de abordar estos problemas antes de que se repitan tragedias. La sociedad observa con preocupación el desenlace de esta historia, que parece estar lejos de encontrar una solución.