**Hernán Drago se quiebra en vivo tras la trágica muerte de su amiga Alejandra “Locomotora” Oliveras**

El mundo del espectáculo argentino se encuentra en shock tras el desgarrador momento vivido en el programa “Cortá por Lozano” de TELEFE, donde el modelo y conductor Hernán Drago recibió la devastadora noticia de la muerte de su amiga, la boxeadora Alejandra “Locomotora” Oliveras, en pleno aire. La noticia, que tomó por sorpresa a todos, desató una ola de emociones que dejó a Drago visiblemente afectado, rompiendo su habitual compostura ante las cámaras.

En un lunes que prometía ser rutinario, la tragedia se desató cuando el equipo del programa anunció la muerte de Oliveras. Las imágenes de Drago, con lágrimas en los ojos y la voz quebrada, se volvieron virales en cuestión de minutos. “No lo puedo creer. No lo puedo creer”, repitió, reflejando el profundo dolor que sentía por la pérdida de una amiga cercana, con quien compartió momentos inolvidables tanto en la televisión como fuera de ella.

El impacto de esta noticia fue tal que, tras el programa, se reportó que Drago sufrió un colapso emocional, evidenciado por su incapacidad para continuar en el set. Las redes sociales estallaron en reacciones, cuestionando la falta de preparación y sensibilidad del equipo para manejar una situación tan delicada. Muchos se preguntaron cómo fue posible que la producción no informara a Drago de la tragedia antes de salir al aire.

Alejandra Oliveras, conocida no solo por su carrera en el boxeo, sino también por su espíritu luchador y motivacional, dejó una huella imborrable en quienes la conocieron. La tristeza que envolvió a Drago y al público se convirtió en un recordatorio de que detrás de cada figura pública hay relaciones humanas profundas y dolorosas.

Este trágico suceso ha abierto un debate sobre la ética en la televisión y la necesidad de abordar el dolor humano con más humanidad. La conmoción por la muerte de Oliveras y la reacción visceral de Drago han resonado en el corazón de muchos, dejando claro que, a veces, es necesario detenerse y permitir que el dolor se exprese sin filtros ni guiones.