Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, ha desaparecido de la vista pública, lo que ha encendido alarmas sobre su paradero. Desde hace seis meses, su ausencia ha suscitado una ola de especulaciones, coincidiendo con una investigación judicial que la vincula a presuntos delitos de tráfico de influencias, malversación y corrupción.
La situación se complica aún más tras la denuncia presentada en abril de 2024 por el sindicato Manos Limpias, lo que ha llevado a muchos a preguntarse si la desaparición de Gómez está relacionada con intentos de eludir la justicia. Mientras Pedro Sánchez la exhibía en eventos sociales y políticos, su repentina ausencia ha dejado a los medios y a la opinión pública en un estado de incertidumbre.
Rumores en redes sociales sugieren que Begoña Gómez podría estar tramitando la nacionalidad dominicana, insinuando que se habría trasladado a la República Dominicana para escapar de la presión judicial en España. Sin embargo, estas afirmaciones carecen de pruebas concretas que puedan confirmarlas o desmentirlas. El Gobierno ha defendido su inocencia, denunciando una supuesta campaña de acoso político por parte de la oposición, pero la falta de apariciones públicas solo alimenta las sospechas.
El contexto es inquietante: no es la primera vez que un político español busca refugio en la República Dominicana. La participación de Gómez en eventos en el país caribeño ha levantado más cejas, y muchos creen que su silencio podría estar relacionado con sus negocios privados que ahora la han llevado ante la justicia.
La incertidumbre y la tensión crecen, mientras Begoña Gómez permanece en el ojo del huracán. La necesidad de aclarar su situación es urgente, y la presión sobre el Gobierno aumenta. ¿Dónde está realmente Begoña Gómez? La respuesta podría tener repercusiones significativas en la política española.