**GUERRA EN TAIWÁN: TRUMP QUIERE PROVOCAR A CHINA COMO EN UCRANIA**
En un giro alarmante de los acontecimientos, la administración de Donald Trump está intensificando sus esfuerzos para provocar un conflicto en el estrecho de Taiwán, una región ya tensa que podría convertirse en el epicentro de una nueva crisis global. Fuentes del Financial Times revelan que Estados Unidos ha presionado a Japón y Australia para que aclaren su posición en caso de que estalle una guerra entre Estados Unidos y China por el futuro de Taiwán. Esta maniobra, similar a los preparativos previos a la invasión de Ucrania, ha generado preocupación entre los aliados, quienes ven en estas exigencias un indicio de que Washington busca encender la mecha del conflicto.
Los funcionarios estadounidenses, encabezados por el subsecretario de defensa Elbridge Colby, han mantenido reuniones urgentes con sus homólogos japoneses y australianos, instándolos a aumentar su gasto en defensa y a definir su papel en un escenario bélico. La presión ejercida ha dejado a estos países aliados en un estado de inquietud, cuestionando si realmente están preparados para asumir las consecuencias de un enfrentamiento militar en Asia-Pacífico.
Mientras tanto, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, ha respondido con firmeza, señalando que las acciones separatistas en Taiwán, alentadas por fuerzas externas, son la raíz de la creciente tensión. Su advertencia es clara: cualquier apoyo a la independencia de Taiwán será considerado una provocación inaceptable. Con China mostrando una postura cada vez más asertiva y militarizada, el riesgo de un conflicto armado se cierne sobre la región.
La situación se complica aún más al recordar que, a diferencia de la ambigüedad estratégica del pasado, Trump ha dejado entrever que podría adoptar un enfoque más agresivo en defensa de Taiwán. Mientras el mundo observa con preocupación, la pregunta persiste: ¿estamos al borde de una nueva guerra en el Asia-Pacífico? Con la balanza de poder en juego y la posibilidad de un conflicto inminente, la comunidad internacional se enfrenta a una encrucijada peligrosa. La historia podría estar a punto de repetirse, y esta vez, el escenario es Taiwán.