La hija de Chespirito, Paulina Gómez Fernández, ha hecho estallar una bomba mediática al encarar a Florinda Mesa y exponer verdades ocultas sobre su relación con el icónico comediante. En una declaración explosiva, Paulina revela que Florinda se quedó con una parte significativa de la fortuna de su padre, mientras sus hijos fueron excluidos de su legado. “Las casas son mías, mías, mías, porque yo gané dinero siempre en el programa”, expresó Paulina, dejando claro el resentimiento que siente por la situación.
La hija menor de Roberto Gómez Bolaños no se contuvo y destapó la complicada dinámica familiar que se estableció cuando su padre decidió dejar a su madre para estar con Florinda. “El puente que nos unía era mi papá, y ahora yo ya no he hablado con ella”, afirmó, reflejando la ruptura emocional que ha marcado a la familia tras la muerte del comediante en 2014. Las redes sociales han estallado en apoyo a Paulina, quien ha sido respaldada por quienes consideran que Florinda ha sido una figura dominante y manipuladora.
Además, Paulina anunció un nuevo proyecto biográfico sobre su padre, dirigido junto a su hermano, en el que buscan ofrecer una versión auténtica de la vida de Chespirito, desafiando la narrativa que ha construido Florinda a lo largo de los años. La presión sobre la actriz crece, especialmente tras la reciente polémica en torno a su papel en la vida de Chespirito, donde se han levantado sospechas de control y manipulación emocional.
En medio de esta tormenta mediática, surge la pregunta: ¿podrá Florinda defender su legado sin caer en contradicciones? La historia de amor entre ella y Chespirito, que muchos consideraban romántica, ahora se ve manchada por acusaciones de un control excesivo y decisiones cuestionables. La indignación pública se intensifica mientras los secretos del pasado emergen, poniendo en tela de juicio no solo la figura de Florinda, sino la de Chespirito mismo. La narrativa familiar se tambalea, y el público exige respuestas. ¿Qué más se oculta tras las paredes de la vecindad?