El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, ha salido en defensa del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en medio de un escándalo que podría llevarlo al banquillo de los acusados. Tras una reunión con el rey Felipe VI, Sánchez ha reafirmado su apoyo incondicional al fiscal, quien enfrenta un proceso por un presunto delito de revelación de secretos que podría costarle hasta seis años de prisión.
En una comparecencia ante los medios en el palacio de Maribent, Sánchez ha declarado: “Nosotros respaldamos la acción del fiscal general del Estado, creemos en su inocencia y, por tanto, cuenta con el aval y el apoyo del gobierno de España”. Estas palabras llegan en un momento crítico, justo después de que el Tribunal Supremo confirmara la decisión de procesar a García Ortiz, un hecho que ha desatado rumores sobre una posible crisis en el gobierno.
Sin embargo, Sánchez ha sido contundente al descartar cualquier remodelación en su ejecutivo, asegurando que “no va a haber crisis de gobierno”. Con un tono firme, ha expresado su confianza en todos los miembros del gabinete de coalición progresista, subrayando que cada uno cuenta con su “reconocimiento, respeto y respaldo”.
La situación se torna cada vez más tensa, con la opinión pública expectante ante los próximos pasos del fiscal y las repercusiones políticas que esto podría acarrear. La defensa de Sánchez subraya la fragilidad del momento y la presión que enfrenta su administración, mientras el país observa de cerca el desarrollo de este escándalo judicial que sacude los cimientos del gobierno español.