**Título: “Fernanda Iglesias y Ángel de Brito: La Guerra Mediática que Sacude la Televisión”**
Un accidente aparentemente menor se ha convertido en un escándalo mediático de proporciones épicas, y en el centro de la tormenta se encuentra la periodista Fernanda Iglesias, quien no se ha quedado callada ante lo que considera una traición en vivo. Lo que comenzó como un choque entre su vehículo y una moto ha escalado en una feroz disputa pública, con acusaciones de extorsión, manipulación mediática y una lucha por la verdad que mantiene a todos al borde de sus asientos.
El suceso, que ocurrió hace más de tres semanas, cobró protagonismo el 5 de agosto cuando Iglesias decidió romper el silencio en el programa “Puro Show”. En su declaración, advirtió que no se dejaría intimidar por la cobertura del programa “LAM”, liderado por Ángel de Brito, que, según ella, ha mostrado una clara animosidad hacia su persona. Iglesias reveló que el repartidor involucrado, Boris Mendoza, comenzó a hostigarla por redes sociales, pidiéndole dinero y enviándole mensajes que ella califica como extorsivos.
La situación se complicó cuando Mendoza apareció en “LAM”, donde ofreció su versión de los hechos, insinuando que Iglesias podría haber estado bajo los efectos del alcohol, lo que desató la furia de la periodista. “La extorsión no puede ser naturalizada ni minimizada”, declaró Iglesias, quien está decidida a llevar su lucha hasta las últimas consecuencias.
Mientras la batalla se intensifica, los seguidores de ambos lados se dividen en redes sociales, con comentarios que van desde la defensa a Iglesias hasta la crítica a su manejo del accidente. La pregunta que todos se hacen es: ¿quién tiene la razón en esta guerra mediática? Con un juicio en curso y dos relatos opuestos, la historia apenas comienza, y lo que es seguro es que Fernanda Iglesias no se rendirá fácilmente. En el mundo del espectáculo argentino, la verdad a menudo es más extraña que la ficción, y esta pelea promete mantener a todos atentos.