El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha desatado una tormenta de críticas tras su reciente rueda de prensa en Galicia, donde muchos ciudadanos lo acusan de haber comparecido “drogado”. Esta aparición se produjo después de 11 días de devastadores incendios que han arrasado miles de hectáreas en varias comunidades autónomas, y su actitud ha generado una ola de desconfianza sin precedentes.

Durante la comparecencia, los gestos y expresiones de Sánchez fueron objeto de escrutinio. Las redes sociales estallaron con comentarios que lo acusaban de estar bajo los efectos del alcohol o de alguna sustancia, destacando sus miradas perdidas y movimientos erráticos. La situación se volvió viral en minutos, convirtiéndose en tendencia nacional en plataformas como Twitter, Facebook y TikTok. Frases como “resaca 100%” y “puesto de cocaína hasta las trancas” inundaron los comentarios, reflejando el descontento de una ciudadanía que se siente traicionada por su líder en un momento crítico.

La polémica ha eclipsado el mensaje que Sánchez intentaba comunicar sobre la gestión de los incendios y las ayudas a los territorios afectados. Su tardanza en dar la cara tras días de crisis ya era considerada un error político, pero su actuación ha profundizado aún más la desconfianza hacia su liderazgo. La imagen de un presidente desorientado y poco comprometido ha dejado a muchos preguntándose si está a la altura de las circunstancias.

En un momento en que el país necesita claridad y liderazgo, la aparición de Sánchez ha generado más preguntas que respuestas, y la presión sobre su gobierno aumenta. La indignación popular sigue creciendo, y la situación se torna cada vez más crítica. ¿Podrá Sánchez recuperar la confianza perdida o será este el momento que marque el inicio de su declive político? La atención del país está fija en él.