Un nuevo giro en el caso de Valeria Márquez ha capturado la atención del público y la prensa. Durante un en vivo, una testigo y vecina de la zona donde ocurrió el trágico suceso reveló detalles inquietantes sobre el estado actual de la investigación. La mujer, identificada como Betty, afirmó que el centro de estética Blosson Beauty, donde trabajaba Valeria, sigue cerrado y que la escena del crimen permanece intacta, con evidencias como un vaso de Starbucks aún en el lugar.
La situación es alarmante. A pesar de la gravedad del caso, la fiscalía parece haber dejado de lado la investigación, lo que plantea serias dudas sobre la eficacia de las autoridades en la resolución de feminicidios en México. Betty, quien vive cerca de Zapopan, expresó su preocupación por la falta de atención mediática y la indiferencia de la prensa hacia el caso. “Nadie pregunta sobre Valeria en las conferencias de seguridad”, dijo, evidenciando la apatía que rodea este feminicidio.
Los seguidores del caso están indignados. La comunidad exige respuestas y justicia, mientras el presunto asesino permanece libre. Este clamor se intensifica en un país donde los feminicidios son una crisis social, y la corrupción en el sistema judicial es un secreto a voces. La voz de Betty resuena como un grito de desesperación: “No podemos dejar que esto se olvide”.
La presión sobre las autoridades aumenta, y la necesidad de que la prensa retome el tema es urgente. La lucha por la justicia de Valeria Márquez no puede ser ignorada. La comunidad y los seguidores de Enrique, el periodista que ha estado cubriendo el caso, están determinados a mantener viva la memoria de Valeria y a exigir que se haga justicia. La pregunta persiste: ¿qué pasará ahora con el caso que ha conmovido a tantos?