**Título: La angustiante revelación sobre Julieta Prandi que sacude a América TV**
Las palabras pueden ser más devastadoras que cualquier herida física, y el reciente testimonio en América TV sobre Julieta Prandi ha dejado a todos sin aliento. En un impactante relato, la periodista Agustina Canfer expuso un patrón de control y violencia psicológica que, según ella, marcó la vida de Prandi durante su relación con Claudio Contardi. Este testimonio resuena en medio de un juicio que podría definir el futuro de la conductora.
Durante su participación en el programa “A la tarde”, Canfer reveló que las llamadas diarias de Contardi, llenas de críticas y reproches, crearon un ambiente de angustia y tensión en la vida de Julieta. Cada jornada laboral se transformaba en un ritual asfixiante, donde la exesposa de Contardi quedaba emocionalmente desgastada por la constante vigilancia y los comentarios destructivos que seguían a cada emisión.
Agustina recordó cómo, al principio, interpretó estas interacciones como una muestra de interés, pero con el tiempo se dio cuenta de que se trataba de un control insidioso. “La diferencia entre interés y control es sutil, pero fundamental”, afirmó, subrayando el impacto devastador que estas dinámicas pueden tener en la autoestima de una persona.
El testimonio de Canfer ha abierto un debate crucial sobre la violencia psicológica, un tema que, aunque a menudo pasa desapercibido, puede ser igual de dañino que cualquier agresión física. La historia de Julieta Prandi no solo es un recordatorio de la importancia de visibilizar estas conductas, sino también una llamada a la acción para quienes puedan estar viviendo situaciones similares.
Con el juicio en curso, la revelación de Canfer añade un contexto emocional poderoso a la lucha de Prandi. A medida que el caso avanza, queda claro que el eco de las palabras puede dejar cicatrices que perduran mucho más allá de la pantalla. La historia de Julieta sigue escribiéndose, pero su valentía al hablar puede ser el primer paso hacia la sanación y la justicia.